Siempre que doy clases de diseño de tipografía los alumnos me acaban haciendo la pregunta que da título a esta entrada. Como suelen ser diseñadores no tienen problema en dibujar una forma dada pero hacer una versión negrita de una tipografía requiere un concepto más elaborado y sistemático. Quizás te hagas la misma pregunta, de modo que te voy a explicar cómo lo hago yo esperando que te sirva de ayuda:
Primer paso: dibújalo en un papel
Si eres capaz de hacerlo en tu cuaderno ya casi lo tienes. Como dice el gran Nacho Lavernia:
Con el lápiz busco, con el ordenador encuentro
No hace falta que te quede perfecta, sólo se trata de pensar con el lápiz, de pensar dibujando (somos diseñadores, es lo que hacemos). Si no sabes por donde empezar continúa hasta el paso 2, si lo tienes claro pásalo a tu editor tipográfico favorito.
Segundo paso: encuentra el esqueleto de la letra
Si lo piensas un segundo, ¿Qué es lo que hace que una negrita se reconozca como pariente de su redonda? Su forma no, desde luego, es más gorda que aquella… debe ser otra cosa: la estructura, el esqueleto o como le llamo yo, cursus (perdona el latinajo pero queda muuuucho más universitario).
Tercer paso: entiende su construcción
A continuación trataremos de entender la construcción del contraste para saber cómo repartir el crecimiento. Puedes dibujar círculos o rectángulos para luego escalarlos proporcionalmente y saber dónde apoyar los puntos de las curvas Bézier. En este ejemplo se trata de rotación más expansión:
Cuarto paso: engorda los trazos
Ahora puedes escalar los rectángulos o círculos que has dibujado para ayudarte en el proceso. Pero ¿cuánto engordo los trazos? Como no quiero desviarme mucho del tema de esta entrada —la respuesta da para una tesis doctoral— voy a ir al grano y darte un consejo: aplícale la proporción áurea y multiplícalo por 1,618. Te dará una aproximación, ajusta el grosor a partir de ahí usando sólo tu intuición.
Si queremos que crezca el trazo no podemos simplemente sumar n unidades a ambos lados del cursus, el resultado sería una letra más alta y eso no nos interesa. En lugar de repartirlo al 50% la estrategia será crecer sólo hacia el interior de la letra en sentido vertical.
Si se nos cierran mucho los contragrafismos podemos abrirlos dejando que el cursus crezca en sentido horizontal. Puedes comprobar esta táctica en cualquier tipografía clásica en la que confíes. Yo aprendí lo poco que sé haciendo autopsias a los grandes, tomando medidas y deduciendo los principios que les habían llevado a tomar sus decisiones.
También es habitual dejar que crezca un pelín en altura, puedes comprobarlo superponiendo las variantes de una familia amplia como la Univers o la Helvetica Neue. Recuerda que la mejor manera de aprender es copiando a los clásicos.
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Si te ha parecido mucho trabajo, bienvenido al lado oscuro de la fuerza. Sufrir no debes, una vez has hecho la versión más fina y la más gruesa puedes dibujar las demás automáticamente gracias a la interpolación. Pero eso será otro día, pequeño padawan.
Muchas gracias por el post y enhorabuena por el blog, Daniel.
Gracias a ti hombre…
El diminutivo de Begoña es Begotxu, la terminacion ica-ico en un nombre
tal y como se emplea en diversos lugares de España, es un modismo del idioma castellano y no forma parte de la estructura del idioma vasco de ninguna de las maneras.