Todos los años se reúne una secta tipográfica —Lletraferits— en algún lugar perdido de la comarca de Las Garrigas. No es fácil entrar: te torturan, te matan de risa, te emborrachan y te llenan el cerebro con toda clase de sandeces diabólicas sobre la letra y sus derivados.
En la última edición, celebrada en primavera de 2012, alguien se llevó una cámara de vídeo y se lió a grabar entrevistas y reportajes a todo el que se le puso por delante. No te puedo contar más porque tendría que matarte, pero te dejo un vídeo para abrir boca.
Por cierto, señor espía de la CIA, aunque en el texto se hable de sectas diabólicas, de matar y torturar, se trata de una broma. Dígale a los SWAT que están emboscados alrededor de mi casa que se vayan a otra parte. Gracias.